NAVEGAR

Soy Theda, una fotógrafa que vive y navega en un barco de vela. Estos son algunos de los recorridos y lugares que hemos visitado con nuestro barco Olé, un catamarán de 38 pies, además de pensamientos y anécdotas durante ésta travesía de vida por los mares. Salimos de Francia en Junio de 2011, y desde entonces hemos recorrido parte del Atlántico, Mediterráneo y ahora en 2013 estamos navegando en el Caribe.

lunes, 28 de octubre de 2013

Rumbo a las islas Pontine

Salimos en el atardecer del puerto de Roma hacia las Islas Pontine, un archipiélago que está en el mar Tirreno, al sur de Roma, es un destino de fin de semana muy típico para los romanos. Al comienzo nos tocó poco viento así que tuvimos que ir un tramo a motor, eso lo hace un poco pesado, pero en la madrugada subió el viento y pudimos subir la vela, y navegar a buen ritmo. Llegamos a las diez de la mañana a la primera isla, Palmarola; un 03 de Octubre de 2011, mientras nos acercábamos veíamos diversos tipos de formaciones rocosas, había una piedra blanca casi en medio que sobresalía por su punta, muy curiosa.


Echamos el ancla cerca a la orilla, habían pocos barcos porque la temporada de verano ya había terminado en Italia, a pesar que el clima aún estaba agradable. Nos dimos un buen baño para refrescarnos un poco después de haber navegado toda la noche, el agua estaba tibia, una temperatura perfecta. Después nos fuimos hacia la cala di Luna, en la isla de Ponza, una playita super linda, para pasar la noche allí, en el camino pescamos un pequeño atún, así que la cena se solucionó. Lo preparé en el horno con perejil, ajo y aceite de oliva, acompañado de unas papitas al horno y una ensalada de tomate con albahaca y aceitunas negras.


Por la mañana fuimos nadando a la playa desde el barco, es una sensación increíble salir del barco libremente y nadar. La playa estaba vacía, éramos los únicos, recuerdo que había una pared de roca enorme de color claro pasando la arena. Paco puso en la proa del barco una hamaca mexicana que teníamos guardada, para descansar, disfrutar del mar y la brisa. Por la tarde fuimos a dar una vuelta a la isla en el barco, es cuando hay una mejor luz para tomar fotos. La ventaja de ir en barco es que puedes acercarte y ver desde otra perspectiva la tierra, la isla es volcánica y con muchas gamas de colores en las rocas: blancas, rojizas, marrones y en lo alto hay vegetación.


En el atardecer fondeamos frente al puerto de Ponza, aquí es donde está el pueblo, principalmente era de pescadores, pero ahora también es turístico sobretodo en verano, hay algunas tiendas y restaurantes. Las casas estan hacia arriba, hay que subir escalones, y te puedes perder entre sus estrechas callecitas, si sigues el camino bordeando el puerto llegas a la iglesia, pero el pueblo sigue más arriba hasta llegar al otro lado donde hay una vista espectacular del mar. Entramos a una tiendita a comprar algunas cosas de comer y la señora que atendía nos decía que le habíamos alegrado el día porque en está época el pueblo está muy triste porque no llegan visitantes.


Al día siguiente salimos hacia Ventotene, otra de las islas, había poco viento y el mar estaba muy calmado, en el trayecto pasamos por una roca que sobresalía del mar; piedra de boite, que según el angulo que la veías cambiaba de forma, habían algunos pájaros en ella y el mar estaba muy calmado, Paco hasta se dio un baño.


Seguimos hasta el puerto vecchio, un antiguo puerto romano donde amarraban los navíos antiguos, todavía quedan algunos restos antiguos con más de dos mil años, como norais de piedra que se usaban para sujetar los barcos. Es impresionante pensar como tantos barcos de diferentes épocas han navegado por las mismas aguas. Después seguimos navegando hasta Ischia, una de las islas del golfo de Napolés.


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