Cuando llegamos a Baiona, dejamos el barco en la marina y alquilamos un auto para ir a Santiago de Compostela, a 128 Kms, llegamos en una hora y media.
Desde la Edad Media fue un destino importante, porque aquí se encuentra el sepulcro del Apóstol Santiago, llegaban peregrinos de todas partes del mundo que caminaban por la ruta de Santiago, que llega hasta La Catedral. Hasta el día de hoy la visitan miles de peregrinos cada año. La ciudad es muy agradable, el centro histórico es peatonal y hay muchos bares, restaurantes y ambiente por las calles. No nos fuimos sin antes comer unos pulpos a la gallega y una empanada de atún y nos llevamos una tarta de Santiago, hecha con almendras y azúcar.
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